Investigador de la UNA realiza pruebas sísmicas con inteligencia artificial en la Península de Nicoya

Guanacaste. De niño cuando percibía algún sismo despertaba su curiosidad por saber por qué la Tierra se movía. Esa inquietud lo llevó a cursar en la Universidad Nacional (UNA) la licenciatura en ciencias naturales y física. Tiempo después asistió a un taller sobre sismología que aceleró su interés por ir más allá y cuestionar la diferencia entre terremotos pequeños y grandes, por qué comienzan de una manera similar y terminan de otra. Ese ímpetu investigativo hizo que hoy Esteban Chaves, sea parte de la nueva generación de científicos jóvenes que la universidad pública aporta al desarrollo del país, en este caso, desde el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI) de la Universidad Nacional.

            Este joven investigador está aplicando metodologías modernas de computación avanzada, como el aprendizaje automático de máquinas y la inteligencia artificial (AI) para sacar más provecho del conjunto masivo de datos sísmicos de Costa Rica, comenzando por crear catálogos sísmicos de forma automática.

            A la vez, colabora con otras universidades de Costa Rica para explorar el uso de algoritmos disponibles al público para el aprendizaje automático en sismología. «Uno de los proyectos que más me entusiasma es el que estoy desarrollando actualmente en el OVSICORI-UNA, aplicando Machine Learning y AI para explotar aún más el catálogo de terremotos y extraer tantos eventos como podamos. Queremos saber dónde están las áreas donde se está generando la sismicidad, o acopladas elásticamente y propensas a generar terremotos en el futuro», aseveró el experto.

            El Ovsicori se ha convertido en un centro de investigación sismológica de renombre mundial, en parte porque Chaves y sus colegas han cubierto el país con más de 80 estaciones de banda ancha, la red sísmica más densa y de última generación en América Latina. “Trabajar en Ovsicori requiere un amplio conjunto de habilidades, ya que sólo somos 10 sismólogos que debemos cubrir la red es instalada por todo el país, por lo que tenemos que ir al campo llueva o no, haga frío o calor, a cavar los agujeros para instalar las estaciones».

Más allá de la falla

            La red sísmica en la península de Nicoya ofrece una oportunidad única para que Chaves y sus colegas estudien la evolución de la fuente de los terremotos, incluyendo su ruptura dinámica, cómo se comportan con el tiempo, propagan y afectan a la región circundante. En particular, los investigadores han utilizado pequeños terremotos repetidos o aquellos que rompen en el mismo parche de falla y generan formas de onda muy similares en la península, como un experimento natural para buscar estos factores.

            Recientemente, Chaves y sus colegas examinaron cinco familias de terremotos repetidos antes y después del terremoto de Nicoya de magnitud 7,6 en 2012, midiendo la caída de estrés —cuánto estrés se libera después de que se produce un terremoto— para las cinco familias.

            Como resultado del estudio se determinó que esas familias de eventos mostraron una disminución sistemática de la caída de estrés después del terremoto de 2012. «Los cambios en la caída del estrés están relacionados con cómo una falla se está debilitando y sanando con el tiempo», explica Chaves. «Con la repetición de los terremotos, por primera vez pudimos observar esto en la naturaleza. Antes de esto, sólo teníamos observaciones de experimentos de laboratorio», comentó el experto.

Hora de Publicación: 11:20 AM

           

          

           

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