El equipo que cometiera menos errores y diera el 100%, dentro del campo clasificaría a la final de la Copa Confederaciones. El problema fue que tanto España como Italia realizaron un juego prácticamente perfecto…
El fútbol no es de merecimiento sino de aquel que hace los goles y en esta oportunidad los dioses del fútbol favorecieron a la selección española en la tanda de penales.
A lo largo de los 90 minutos, más los 30 de reposición, ambas selecciones estuvieron cerca del gol que les diera el pase, pero éste nunca llegó.
Las buenas intervenciones de Iker Casillas y Gianluigui Buffon, la falta de puntería e incluso los palos fueron los culpables de que la semifinal se tuviera que definir desde el punto de penal.
Aunque parezca increíble, Gerard Piqué fue uno de los hombres más incisivos de la “Furia Roja”, y tuvo al menos tres oportunidades de poner a festejar a todo su país.
Su rival también estuvo cerca y fue Giaccherini quien por poco se viste de héroe en el tiempo de reposición, pero su remate se estrelló en el palo.
El tiempo de juego se acabó, y dio inicio una nueva historia que se escribiría desde los 11 pasos y en donde alguno se marcharía como héroe de fortaleza, mientras que otro abandonaría el terreno con el cartel de villano.
Los penales no fueron menos emocionantes que el resto del compromiso y en el séptimo cobro se escribió la historia cuando Bonucci envió el balón por encima del marco y le dejó la mesa servida para que Jesús Navas le diera el pase a la final a España.
Si el juego de esta tarde fue más de lo que muchos esperaban, ahora tocará ver la gran final entre Brasil y España que se disputará el próximo domingo a las 4:00 p.m.