[Opinión] Abstencionismo y sujetos abstencionistas en Costa Rica

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Desde la convocatoria oficial a elecciones nacionales del 2014 por parte del Tribunal Supremo de Elecciones, resonó con mayor fuerza el fantasma del abstencionismo. Tratado así, como un discurso sin contenidos analíticos y sí lleno de prejuicios y estigmatizaciones, el abstencionismo se vuelve una especie de peste individual, ejercido por sujetos “anormales”, “enemigos de la democracia”, “traidores de la Patria”, “irresponsables contra la democracia”.

Este conjunto de descalificaciones no permiten entender el fenómeno complejo del abstencionismo en sus determinantes estructurales y sus manifestaciones como fenómeno individual y colectivo.

Para tratar de entender las complejidades del fenómeno político del abstencionismo y las prácticas de las personas abstencionistas, queremos compartir estas reflexiones que permitan formar e informar a las y los electores.

Digamos para empezar, que el debate requiere de por lo menos tres precisiones conceptuales: la primera que cuando hablamos de abstencionismo es necesario hacerlo en términos plurales; porque el fenómeno como tal, en su complejidad y diversidad, expresa esquemas mentales, contenidos y prácticas diversas, lo que nos lleva a la necesidad de hablar de abstencionismos –fenómenos dinámicos- y no de un solo fenómeno estático. Así, no es lo mismo el abstencionismo en elecciones nacionales (que ronda un 35% promedio) que en las elecciones municipales (que sube espectacularmente a más del 70%) pero todo ello genera efectos de gran complejidad en el análisis electoral. Ello nos permite huirle a las explicaciones simplistas sobre la existencia de una única causa para explicar lo que requiere estudios de enfoque múltiple.

La segunda refiere a la necesidad de hablar de los sujetos abstencionistas también en plural: porque tal como lo muestran los estudios nacionales e internacionales, las razones por las que las y los electores dejan de ejercer el derecho al voto, son de múltiple naturaleza: por pérdida de lealtad partidaria, por descontento con los políticos, por efecto de castigo frente a los corruptos, por efecto de los centros de votación que están muy alejados de la residencia del elector, por razones climáticas, por simple desidia frente al proceso electoral, por sobresaturación de la propaganda política que en términos de estudios neuropolíticos y de economía de la atención,  han mostrado que tal fenómeno lleva al elector –a su cerebro- a desconectarse de tales amenazas y de ahí el comportamiento abstencionista o se inclina por el voto tradicional para ahorrarse complicaciones emocionales. Además los comportamientos abstencionistas son distintos por género, por escolaridades, por zonas geográficas, por razones generacionales, por condición socioeconómica, en los tiempos actuales, hasta por razones de acceso a redes sociales y tecnología.  etc.

Finalmente, para establecer relaciones causales consistentes que nos permitan entender el fenómeno, para explicarlo y ojalá para empezar a actuar sobre sus efectos, tenemos que hacerlo en términos históricos, estudiando los comportamientos electorales a nivel nacional, provincial, cantonal y distrital, porque en los años 1982-2014 se encuentran las grandes transiciones que hemos vivido los costarricenses y que afectan directamente sus decisiones políticas y también sus decisiones político-electorales. Telón de fondo de los comportamientos abstencionistas.

Con los resultados obtenidos en las elecciones del 2 de febrero de 2014 que varió totalmente el escenario político del país -aunque se mantuvo el abstencionismo arriba de un 30% del padrón- y ahora que nos enfilamos a la segunda ronda electoral, conviene analizar con detalles tales tendencias.

De todo ello hablaremos en los siguientes artículos concentrándonos en los resultados electorales de la provincia de Guanacaste para aportar interpretaciones que colaboren con la calidad de la información, base fundamental de cualquier democracia moderna.

Dr. Randall Blanco Lizano.
Sociólogo.
Director de la Maestría Centroamericana en Sociología. Universidad de Costa Rica.

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