Nos estamos comiendo el arroz más caro del mundo y los frijoles más caros de Centroamérica.
¿Así o más patético?
El plato popular más emblemático del tico, infalible en su mesa cotidiana, ha llegado ya, por lo exclusivo, a niveles de “bocatto di Cardinale”. (¿Lo sabrán ya en el Vaticano?)
Con esos precios ¿qué está comiendo ahora la gente pobre de este país? Los más necesitados son los que más resienten el criminal proteccionismo del Gobierno hacia los empresarios del grano.
Además, ese “pinto” o “casado” ya no saben tanto a tierra nuestra. Nos estamos comiendo el arroz y los frijoles más ajenos a nuestro suelo fecundo, de China, entre otros países, bajo la fórmula de importar barato y vender caro.
“A precio de ley”, se lavan las manos los importadores. O ¿de rey? ¿Una ley a la medida del consumidor o del especulador? Tenemos años de estarnos tragando esta impostura con cebolla y culantro.
Ni siquiera estamos comiendo arroz blanco sino de color político porque a excepción –espero– del partido que recién nos gobierna, los anteriores parecen haber recibido financiamiento de los arroceros para sus campañas presidenciales.
Y, bueno, lo que de ello se deriva es historia conocida: privilegios, compadrazgos y amiguísmos entre los gobiernos de turno y las elites de siempre. ¿Por qué se le ha venido dando largas a la ansiada liberación del precio del arroz?
Estos tratos de la clase política gobernante con los zares de los granos básicos parecieran ser los mismos, por perversos, que tiene con las constructores de carreteras, las clínicas médicas privadas, los transportistas, la industria farmacéutica, los combustibles, la educación privada, el imperio de los electrodomésticos, la vivienda…
O sea, con los que hacen este país uno de los más escandalosamente caros del mundo a cambio de una pobreza y desigualdad en aumento.
Por eso, el nuevo gobierno, tan comprometido con la ética y la moral políticas, tendrá ahora que vérselas con esos poderosos grupos privados que desangran hoy al consumidor.
¿Liberará por fin don Luis Guillermo los precios del arroz o les seguirá haciendo el juego a los productores por encima de tantas familias necesitadas?
Escrito por Esdgar Espinoza
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