San José. Voy a empezar por el final: Hay que “entrarle al chancho a pellizcos”. Llegué a esta conclusión de rebote, tras llegar hasta mis manos un interesante informe técnico, el “CHAOS Manifesto: Think Big, Act Small” del reconocido Standish Group, versión 2013. Este documento analiza el desempeño de los proyectos de TI a nivel mundial, pero las conclusiones del mismo son generalizables a otras áreas e industrias.
El documento en cuestión contiene un dato para escandalizarse. Es el siguiente: partiendo de la definición de “proyecto exitoso” como aquel proyecto que alcanza sus objetivos a tiempo, dentro del presupuesto asignado y con el alcance pre-definido; el porcentaje de éxito de las iniciativas pequeñas (aquellas con menos de un millón de dólares de presupuesto) es del 76%; nada mal. Pero en aterrador contraste, en el caso de los proyectos grandes (definidos como aquellos con más de 10 millones de dólares en presupuesto) el porcentaje de éxito es del… 10%. Es decir, ¡solo 1 de cada 10 proyectos “grandes” cierra como exitoso bajo la definición anterior! Esta acentuadísima diferencia en el desempeño de los proyectos en función de su tamaño encierra una serie de lecciones. Quisiera entonces compartir la siguiente reflexión con los amables lectores:
Las relaciones humanas se construyen sobre la confianza: es su cimiento y también su lubricante. Cuando conocemos un desconocido se hace patente este hecho: cuidamos la palabra, somos precavidos, celosos, en una palabra: desconfiados. Conforme las relaciones maduran, el nivel de confianza puede describirse como lo que Covey, Clark y otros autores han denominado “cuenta bancaria emocional”. Se hacen “depósitos” a través de la cortesía, la honestidad y el cumplimiento de la palabra. Se hacen “retiros” al irrespetar, ignorar, traicionar, mentir. Al asumir el poder este 8 de mayo, la cuenta bancaria emocional del gobierno entrante con el pueblo costarricense está en cero. Esto quiere decir que no está en rojo, pero tampoco tiene fondos. Se hace entonces necesario depositar urgentemente para construir confianza que facilite la relación entre las partes así como cubrir eventuales retiros por errores y fallos.
Considero entonces tremendamente importante el concepto del “early winner”. En español, esto significa que el gobierno debería implementar a la brevedad una serie de pequeños proyectos con bajo riesgo y de alto impacto en la opinión pública: hay que construir confianza. En este sentido, los proyectos de infraestructura son particularmente buenos por lo tangible del resultado. El LANAMME ha sugerido algunos de ellos desde la perspectiva de la infraestructura (finalización de la autopista a Cartago, ampliación radial a Heredia entre otros). Inclusive, podría pensarse en alguna manera de expeditar la ampliación de la autopista a San Ramón, trabajando por fases/etapas (hacer la radial de Santa Ana o el intercambio en el aeropuerto). Tal vez podría empezarse con algún tramo de la circunvalación norte. Además, podría acelerarse el congelamiento salarial para puestos de confianza previamente anunciado. Quizás implementar una iniciativa para cobrar de mejor manera los impuestos a los profesionales liberales, aunque fuere un subgrupo de ellos. En fin, estas son solo sugerencias, posibilidades hay muchas y estoy seguro que el gobierno ha ojeado el menú. Pero hay que actuar y rápido: los primeros 90 días son críticos. Como menciona Michael Watkins en su obra “The First 90 Days”, es el tiempo de asumir con eficiencia, formar alianzas y marcar un derrotero sólido para estos cuatro años que inician.
Ahora sí, concluyamos: parafraseando a los abuelos, el nuevo gobierno debe “entrarle al chancho a pellizcos”, con mordiscos pequeños para no atragantarse. Y hay que comunicar a todos los comensales lo sabroso de cada bocado, para ir depositando en la cuenta bancaria emocional. Esos “fondos de confianza” serán extremadamente valiosos cuando haya que cocinar las iniciativas más grandes y conflictivas que necesita desesperadamente el país, las cuales, a su vez, deberían desmenuzarse en toda la medida de lo posible: pequeños sub-proyectos mucho más digeribles (me devuelvo al dato del triste 10% con que iniciamos). Citando el informe, “Think Big, Act Small”. Buen provecho.
Escrito por Fernando Quesada
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