Miles de tortugas lora y verdes nadan tranquilamente en las aguas del océano Pacífico costarricense sin adivinar su destino final: el anzuelo de un arte de pesca conocido como palangre y que tiene como blanco original peces, no tortugas.
Entre 1999 y el 2010 , 699.600 tortugas lora (Lepidochelys olivacea) y 23.000 tortugas verdes (Chelonia mydas) quedaron atrapadas por accidente durante labores de pesca desarrolladas en el Pacífico de Costa Rica, (costa de Guanacaste).
Estas fueron las cifras que reveló un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Drexler en Filadelfia (EE.UU), el Programa de Restauración de Tiburones y Tortugas Marinas (Pretoma) de Costa Rica y la organización The Leatherback Trust.
Aunque no son el objetivo de la pesca de palangre, las tortugas verdes y loras quedan atrapadas en los anzuelos. Si no no son retirados correctamente el animal queda herido y puede morir. | RANDALL ARAUZ PARA LN.
Aunque no son el objetivo de la pesca de palangre, las tortugas verdes y loras quedan atrapadas en los anzuelos. Si no no son retirados correctamente el animal queda herido y puede morir. | RANDALL ARAUZ PARA LN. ampliar
El palangre es una técnica de pesca que consiste en una línea de monofilamento (nylon), cuya longitud oscila entre los 10 y los 120 kilómetros. De esa línea madre cuelgan anzuelos con carnada para capturar su objetivo: los llamados picudos (pez vela, marlin, pez espada), dorados y atunes (aleta amarilla y barriletes).
Según explicó Randall Arauz, de Pretoma, la pesca de palangre es un amenaza conocida para las poblaciones de tortugas y tiburones; sin embargo, este análisis presenta por primera vez cifras concretas sobre la cantidad de individuos atrapados (tanto de peces como de otras especies). “Durante el período de estudio la especie más capturada fue el pez dorado y el segundo lugar lo ocupa, desafortunadamente, la tortuga lora. Si bien el 80% de las tortugas atrapadas en las líneas de pesca son devueltas al mar vivas, no podemos asegurar que esos individuos sobrevivan después. Si el pescador no las libera del anzuelo correctamente pueden quedar heridas y morir”, dijo Arauz.
De las 69.600 tortugas loras reportadas como atrapadas, 92.300 son hembras lo cual tiene un efecto negativo en la reproducción de la especie. “El asunto es más grave si la pesca se realiza en aguas poco profundas cerca del área de anidación”, destaca el reporte.
Otro hallazgo del estudio se refiere a los tiburones sedosos (Carcharhinus falciformis) , la tercera especie más capturada.
“Los patrones de pesca de palangre demostraron que durante estos 11 años las poblaciones de tiburones se redujeron y los individuos son ahora más pequeños. Hay abundancia de tiburones juveniles y solo el 14,6% de los individuos estudiados habían alcanzado la madurez sexual”, destacó el biólogo.
La investigación se publicó en la revista Journal of Experimental Marine Biology and Ecology
Por: Eddier Ortiz